Una parte de mi locura

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Que tú estás aquí, que existe la vida, que prosigue el poderoso drama y que tú puedes contribuir con un verso ¿Cuál será el tuyo?

lunes, 24 de marzo de 2014

El mundo está demasiado ciego. Pero, como en todo, hay distintos tipos de cegueras. Están aquellos que no ven, y que por más que lo intentan, siguen sin ver, solo podemos compadecernos y decir "pobrecitos" pues me temo que la ignorancia, presente desde la noche de los tiempos, no desaparecerá. Luego están los ciegos pasivos, que están así por la "cara dura" y la mentira de otros, por otro lado mucho más ciegos que ellos. Y por último, los que pueden ver y se vuelven ciegos, esos son los peores; son tan egoístas que viven inmunes a las injusticias por las que pasa el mundo sabiendo que son los que pueden acabar con ellas... 

¿En qué momento dejamos de ver para volvernos tan ciegos?

M.


sábado, 22 de marzo de 2014

Debo confesarlo: odio la mediocridad.

Odio a la gente mediocre, las películas mediocres, los libros mediocres... No eres alternativo si la moda es que todo el mundo sea alternativo. No eres un moderno, admítelo, porque cuando se lleve ser otra cosa, cambiarás. Es demasiado fácil vivir al calor de las modas, y eso, es lo más mediocre de todo, y lo odio. ¿Dónde quedó el gusto por la integridad y el  ser fiel a uno mismo?  

Sé que odiar es algo feo y poco sano, pero ¿es qué hay algo peor que ser normal

M.

lunes, 17 de marzo de 2014

Por Charles Bukowski.

Me gustan los colores de sus ropas,
su manera de andar,
la crueldad de algunos rostros,
la belleza casi pura de una cara,
total y encantadoramente femenina.
Están por encima de nosotros,
planean mejor y se organizan mejor.
Mientras los hombres ven la televisión,
toman cervezas y juegan al fútbol,
ellas, las mujeres,
piensan en nosotros, concentrándose,
estudiando, decidiendo, si aceptarnos,
descartarnos, cambiarnos, matarnos,
o simplemente abandonarnos.
Al final no importa,
ya que hicieran lo que hicieran,
acabamos locos y solos.

sábado, 8 de marzo de 2014

FELIZ DÍA DE LA MUJER.

"Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa." Simone de Beauvoir 


domingo, 2 de marzo de 2014

Fuente: http://entrefalsosversosyotrosabrazos.blogspot.com.es/2013/04/la-estabilidad-se-esconde-detras-de-los.html

He visto a la tristeza ser feliz, 
y cualquiera puede subir escalones,
lo jodido es sentarse en ellos y tirarse escaleras abajo,
arrastrando el culo como si siguieses siendo un crío,
riéndote de los que te miran con cara de cuerdos 
y el nudo de la corbata mal hecho.

Todavía me asombra que nos tapemos la boca cuando reímos
y nos llevemos las manos al pecho cada vez que lloramos,
como sujetándonos el corazón porque pesa.
Como queriendo evitar que se llene de vacío.

Como si supiéramos.

He necesitado perder muchos sueños 
para saber que lo mejor para el insomnio no es el Orfidal,
es caer rendida hasta llorarme.
Llorar hasta romperme con la cara tensa y la almohada fría 
de haber estado bañada en lágrimas. 

Hay quien tiene ojeras y cuenta historias impresionantes,
pero sigo quedándome con aquellos que son sus ojeras las que me cuentan
lo brillantes que han llegado a ser para estar ahora tan oscuros.

Me he mirado desnuda en el espejo del daño
y me he visto moratones que antes no existían,
como queriéndome decir que ser feliz también duele.
Creo que están ahí para darme color los días que se me gasta,
y qué pereza salir a comprar.

A veces me abrazo a la nostalgia para que me bese las rodillas,
y me quedo dormida mirando la tele apagada con el mando en la mano,
proyectando mis recuerdos.
Los que salvan mientras los piensas y luego te dan la hostia para que espabiles
de una puta vez.

Aunque ya no puedas seguir soñando.



Tengo la puerta cerrada para ser consciente 
de que puedo irme cuando sea de mí misma,
y el corazón entornado para que se seque lo fregado,
y todo lo que queda por llorar.





Pero tú puedes pisar cuando quieras.