Después de cuatro horas de autobús se me empiezan a acabar los recursos para vencer el aburrimiento. Es verdad que mirara el paisaje inspira, claro que lo hace, pero al cabo de tres o cuatro líneas las ideas se quedan ahí de donde nacieron, perdidas entre los árboles del paisaje turolense. En realidad hay muchas cosas sobre las que quiero escribir, pero no encuentro la manera de hacerlo. Tendré que buscar las palabras en otra parte.
ánimo, que las musas no queden huérfanas.
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