Mis versos están hechos para quien no tiene, pues sin tener nada yo fui siempre amante; como no tenía regalos, daba palabras. Quien no puede dar obre nada con precaución, evite siempre las palabras duras, y soporte todo lo que no tienen que soportar los ricos.
(...)
Así que, seas quien seas, no te fíes de la belleza, pues a menudo es un engaño. Brilla con una virtud más duradera. La dulce condescendencia gana los corazones; la aspereza mueve el odio, excita a menudo palabras duras.
Ovidio.
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