Hace ya mucho que dejé de escribir, no porque haya querido, de hecho, lo echo de menos; supongo que habré estado demasiado ocupada disfrutando del que dicen que es el mejor verano de todos (sin duda ha sido increíble) y bueno, como todo lo que empieza en esta vida, de la misma manera acaba...
Ha sido un verano de excesos, sí, esa es la palabra; de todos modos, sólo se es joven una vez así que, no hay de lo que arrepentirse (o eso es lo que me digo para tranquilizarme cuando la conciencia da señales de alarma).
Hasta aquí. (punto y aparte)
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