En primer lugar, la vergüenza es un desencadenante del miedo.
Sentir vergüenza es doloroso, destructivo y terrible. El tímido no se atreve a hacer muchas cosas porque se siente amenazado por la vergüenza. No puede exhibirise, no quiere ser visto, para ser más exactos teme "ser mal visto". El mito de Adán y Eva expone la vergüenza originaria. El pudor es el miedo a ser sorprendido desnudo, sin defensa, a merced del juicio del otro. Vestirse es ponerse a cubierto. Ponerse un antifaz o unas gafas de sol es poder mirar sin ser reconocido. En esto, como en otras cosas, Sartre hizo filosofía a partir de su propia historia, y contó con una profundidad estremecedora su experiencia metafísica de la vergüenza. La mirada del otro anula mi libertad, porque estoy a merced de ella.
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