Una parte de mi locura

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Que tú estás aquí, que existe la vida, que prosigue el poderoso drama y que tú puedes contribuir con un verso ¿Cuál será el tuyo?

lunes, 23 de enero de 2012

Woody Allen



''Nada conduce a nada y aún así no faltan idiotas que balbucean. Hablo de ti, de tus amigos, de tus colegas, de tus periódicos, de la tele. A todo el mundo le encanta hablar lleno de desinformación de moralidad, ciencia, religión, política, deportes, amor, tus inversiones, tus hijos, tu salud. ¡Caray!, si tengo que comer nueve raciones de fruta y verdura al día para vivir no quiero vivir, odio la dichosa verdura, y tus omega 3, y la cinta de correr, y el cardiograma, y el sonograma pélvico y ¡Oh Dios mío!, la colonoscopia. Y con todo ello sigue llegando el día en que te meten en una caja y adelanta la próxima generación de idiotas que también te dirán todo sobre la vida y te definirán lo que es apropiado.
Veréis, mi padre se suicidó porque los periódicos de la mañana le deprimieron, pero ¿qué iba a hacer?, con el horror y la corrupción y la ignorancia y la pobreza y el genocidio y el sida y el calentamiento global y el terrorismo y los obsesos de los valores familiares y los locos de las armas y la obesidad, la anorexia... ¡Horror! , dijo Crusoe en el corazón de las tinieblas. Por suerte a Crusoe no le llevaban el Times a la selva. Ahí sí que habría visto el horror.
¿Pero qué vas a hacer? Lees sobre una masacre en Afganistán, un autobús escolar que explota y dices ¡Dios mío! ¡Qué horror!, y luego, luego pasas la página mientras terminas tus huevos de cultivo ecológico.
Y no creais que culpo a la idea del cristianismo ni del judaismo ni a ninguna religion, sino a los profesionales que lo han convertido en un negocio multinacional. Hay mucho dinero en el tinglado de Dios, mucho dinero. Mucha evolución, pero este país aún odia a los negros por tener penes enormes y a los judíos aún teniendo penes pequeños.
Es sobrecogedor. ¿Pero por qué vas a querer leer esto? ¡Caray!, ya tenéis vuestros problemas, seguro que estáis obsesionados con un montón de tristes esperanzas y sueños, vuestras vidas amorosas previsiblemente insatisfechas.
Ojalá, ojalá hubiera comprado esa casa hace años. Ojalá le hubiera tirado los tejos a esa mujer. Ojalá esto, ojalá lo otro. ¿Sabéis qué?
Dejadme en paz con vuestro pudo y debió ser.
Aprovecha todo el amor que puedas dar o recibir. Toda la felicidad que puedas birlar o brindar. Cualquier medida de gracia pasajera, si la cosa funciona...
A propósito, no creáis que estoy amargado por culpa de mis contratiempos personales, sino por los principios de una civilización bárbara sin sentido… ''

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